Tenía por lo menos 4 años de no tomarme una Noche Buena, esta maravillosa cerveza que sacan aquí en México para las navidades. Esto va a sonar a comercial pero así es: qué sabor! Me recuerda a Aurélie, cuando me envió de Francia el libro "el último trago de cerveza", libro re-lindo, que habla de esos pequeños detalles de la vida que nos hace sentirnos bien, y, por qué no, darnos motivaciones para seguir. Cualquier trabajador de México podría esperar a que llegue el viernes para tomarse su Corona. Varias veces en Costa Rica o en otros lados me dije que qué rico poder estar en México y con una Noche Buena en la mano. Me motivaba. Me daban ganas de ir a México. Y aquí estoy. Hoy (ayer, pues son las 4 am) me tomé mi buena chela. Y ese primer trago lo disfruté tanto! Fiesta en la boca! Cómo un detallito nos puede hacer sentir tan bien!
Pienso en la chica junto a quien me tocó sentarme a la par hoy en el bar, una colombiana alta, blanca, ojos verdes y rubia. No me gustó. Como Ágatha: súper linda, guapísima, pero que sencillamente no es mi tipo, no me atrae. Pero le hice conversación. Pensando que me la estaba ligando, ni me dio bola. Hablé entonces con el tipo del frente, un mexicano que resultó amigable. Cuando me preguntó que qué hacía en México hubo un silencio en la mesa y le dije que vine a estudiar cine. La colombiana comenzó a interrogante y resultó ser una chica super sensible, durante esa hora que estuvimos hablando. Le terminé contando lo fuerte que fue despedirme y enterrar a mi amigo Nico. Me escuchó viéndome directamente a los ojos. Eso me gusta.
Se fue la colombiana. Adiós a ese acentito que tanto me gusta. "Me voy para NY", me dijo. El relevo lo tomó un broder mexicano, de Querétaro, que se parece demasiado a Daniel Ross. "Trabajé mucho para cambiar cositas en mi país", "quería lograr un cambio", "quería cambiar México, pero me cansé y me desgasté luchando contra miles y miles y miles de personas que les vale madre todo". Desilusión ante una convicción: he ahí a Gustavo Morales. Y pasé de trabajar en comunicación política para de verdad aportar a mi país, a olvidarme de ello y para estudiar algo tan egocéntrico como el cine. El compa se quiere olvidar de todo e irse a Quebec. Yo me vine al DF. Le dije que lo entendía muy bien.
Hace una hora me despedí de esta excelente persona que es Sebastien, el quebequense, el que se ríe con ganas y desde lo más profundo cada 3 minutos, al que no le cuestan las despedidas. Es tan agradable el cabrón! Quiero ir a visitarlo, ir a Quebec y de paso ver la aurora boreal.
martes, 20 de diciembre de 2011
¿Cómo despirse de un quebequense?
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