jueves, 26 de diciembre de 2013
hoy, los amigos
desde mi más profunda infancia los conozco,
amigos míos, compas míos,
y desde entonces crecí con ustedes.
es una historia sobre otra,
y otra sobre otra,
hasta hacer una torre alta. Alta y firme,
de recuerdos, muchas risas y hasta siempres.
¿cómo no quererlos? ¿cómo no ser parte de ustedes?
si aprendí a querer con ustedes, a caminar con ustedes, a amar con ustedes.
de la escuela, de la que poco me acuerdo, me quedo con lo esencial:
mucho juego, dos o tres buenos compas y las ocurrencias del los medio días.
del cole, lo que descubrimos juntos: cómo dar un beso, cómo fumar y cómo festejar sin pensar en un mañana.
pero con lo que talvez más me quedo es con lo que construimos a partir de ahí,
ya siendo no chiquillos y un poquito adultos: cómo querer, cómo carcajear y cómo compartir.
Como sólo se puede compartir con alguien al que se le conoce desde hace 27 años.
gracias amigos, no sólo por los grandes momentos, las grandes tandas o los vijesotes.
gracias sobretodo por los detalles: la sonrisa cómplice, la broma eterna o el abrazo sincero y querido.
ustedes son yo y creo que yo una partecita de ustedes.
y eso, definitivamente, hace que uno se sienta bien.
gracias por mostarme que un momento puede durar una eternidad.
hoy y siempre.
.
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