hoy siento una gran inquietud.
inquietud por seguir viajando,
seguir conociendo
seguir zapateando
quiero seguir escuchando: "te presento a" o "de dónde eres?"
hoy no me quiero quedar en una oficina, esperando el cheque del fin de quincena
no quiero una silla y un escritorio
quiero brasil, quiero bogotá
quiero chile. sí, chile. y quiero arequipa.
quiero seguir escuchando más acentos de mi idioma
nuevos cantadito, nuevas palabras
pololo, chibolo, bacán.
quiero muchos aviones, aeropuertos
muchos muchos!
y muchas horas en los buses
mientras veo el paisaje pegado a la ventana
quiero una mochila liviana,
tan solo unas camisas y un par de pantalones
otro par de zapatos por si acaso
y ninguna rasuradora.
quiero la costa,
trabajar un par de meses de mesero
rejuntar algunos pesos
y continuar caminando
quiero también la montaña
talvez los andes
un día nevados
otro día cafés sus picos
no quiero el cristo redentor
no quiero el ángel de la independencia
no me lleven al canal de panamá
me voy a una casita de la vecindad
me voy al hostal a ver con quién me junto
a la playita desconocida
y al mercado al que ningún turista va
voy lejos de los letreros
donde no haya aire acondicionado
y la próxima, compañero, me voy a playa girón
abuela dice: "yo no envidio los goces de europa"
yo tampoco, abue,
yo camino latinoamerica
por la ruta inca primero
por los salares de bolivia después
y me encuentro gente nueva
desconocida
a la que le daré un abrazo al despedirme de ella
un "hasta luego", un "talvez en otra"
y después, un poco cansado, a los cuarenta
y si todavía estás viva, abuelita,
me quedo hablando toda una tarde con vos
allá en Ciudad Colón, en el campo,
para que me cuentes lo que viviste
de tu vida tranquila
contrario a la mía
pero que siempre me ha gustado oír.
.
